viernes, agosto 24, 2007

La historia del Ojo


El erotismo y su género asociado en la literatura tienen una gama muy amplia de manifestaciones, así como en la vida misma.

La literatura erótica ha creado desde la novela rosa hasta exponentes de literatura decandente como el Marques de Sade.

Y así como el "Divino Marqués" otro autor Francés se adentró en este último género, Georges Bataille. En su narración "La historia del ojo", usa una prosa vehemente y fluida, para acercarnos a lo que podría asustar a una sociedad recatada como la fue la de principios de siglo, pero que hoy día se ha asimilado para convertirse, no en un libro de escándalo, sino erótico. Usando arquetipos como el sol, los testículos, un huevo y claro un ojo, para narrar una historia sobre el sexo y las fijaciones humanas.

Pero más allá del sexo y las fijaciones humanas, en el entretejido de palabras "sucias" se filtra la luz de otro tipo de filosofía, y es la del misticismo. Bataille quiere intuir y conducir, a través de la narración de los excesos, de lo que podría considerarse la degradación y la bestialidad, llegar al éxtasis de la luz y la verdad, la experiencia mística se asocia comúnmente con lo puro y sagrado, como Santa Teresa o San Agustín expresan en sus textos, sin embargo aqui la culminación de esto se alcanza transgrediendo lo sagrado, ultrajando a la representación de lo que oficialmente se considera sacro, como es un sacerdote, y uno de especial belleza física, que sucumbe a los placeres de la carne y muere en un gran eyaculación.

Esta alegoría, casi fábula, está llena de simbolismos, pero no limitados a una índole piscológica personal del autor, como confiesa al final de la narración, sino de simbolismos y arquetipos que como indica el mismo texto son comunes en autores como Poe o Lovecraft.

Rescato este párrafo del libro:

[...]el viento se había calmado un poco y dejaba ver una parte del cielo estrellado; me vino la idea de que la muerte era la única salida para mi erección; muertos Simona y yo, el universo de nuestra prisión personal, insoportable para nosotros, sería sustituido necesariamente por el de las estrellas puras, desligadas de cualquier relación con la mirada ajena, y advertí con calma, sin la lentitud y la torpeza humanas, lo que parecería ser el término de mis desenfrenos sexuales: una incandescencia geométrica (entre otras cosas, el punto de coincidencia de la vida y de la muerte, del ser y de la nada) y perfectamente fulgurante.[...]

Sin ser mi género favorito, he de darle crédito a las obras que habla directamente a la parte instintiva y bestial del ser humano, al animal.

Anteriormente abarqué la parte más racional del hombre y sus neurosis asociadas con Finjamos que soy feliz, después la parte sentimental, onírica y surrealista, con Psicomagia, ahora la parte bestial y animal, con este texto.

Esto sólo nos muestra la complejidad de lo que es el ser humano, lejos de cualquier estereotipo que nos formemos, todos tenemos esas tres partes funcionando, y sería aventurado, por decir lo menos, pensar que alguien, por su profesión o intereses mayoritarios no puede explorar y tener las otras partes también ahi. Yo huyo de las etiquetas, de los esterotipos y de los caminos prestablecidos, a pesar de que los demás sólo quieran ver una sola cosa

sábado, agosto 04, 2007

Psicomagia


Alguna vez me hicieron la pregunta de ¿para que sirve al filosofìa? Y creo que ha sido una de las preguntas filosóficas más importantes que haya tenido, irónicamente. Aquella disciplina que todos los “test” psicométricos que hice en la preparatoria me decían que era mi carrera ideal, no puedo negar que me ha apasionado a lo largo de mi vida.

Sin embargo hacia ya un rato que no leía nada con un contenido filosófico fuera del que se puede sacar de cualquier lectura normal.

La lectura de este libro, no coincide con lo que normalmente plasmo en este sitio, empero, creí conveniente compartir un poco las reflexiones como lo hago con cualquier otro libro. También la lectura del mismo obedece a una razón estrictamente personal, gracias por la recomendación Anton.

Bueno entremos en tema.

Psicomagia. El término puede ser confuso o mal interpretado en un mundo donde nos encontramos con una civilización peleada entre la razón y la intuición.

Y tal vez esto es en lo que difiera gran parte con el autor, pues yo soy un convencido del equilibrio del universo y como tal también entre estos dos conceptos; Jodorowsky afirma que la realidad no es racional, del mismo modo que muchos científicos tratan de ponerla como algo totalmente racional, la lucha irreconciliable de nuestro tiempo. Yo por otro lado, me identifico más con el hombre renacentista, en el que la razón y la intuición formaban parte de un todo. En definitiva la ciencia por si misma es incapaz de explicar toda la realidad, pero la realidad no puede ser tomada como algo totalmente apartado de la razón, es un equilibrio constante de lo que podemos conocer como verdad.

Y esto se hace evidente conforme se avanza la lectura, como ya se ha dicho a lo largo de la historia, estamos parados sobre hombros de gigantes, y como el autor afirma más adelante, somos hombres de nuestro tiempo, el que no podemos entender sin mirar hacia atrás a todos los que han reflexionado sobre su realidad, con las herramientas que su tiempo y sociedad le dieron.

No creo que la intención de este libro sea crear una corriente de pensamiento totalmente novedosa, pues en absoluto lo es, puedo claramente leer a Fromm, Jung, Rousseau o Hume en varias reflexiones del libro, así como también reconocer gran parte de lo que se ha llamado, sabiduría popular. Creo que no es posible entender completamente este o cualquier libro que entrañe conceptos filosóficos y metafísicos si no se ha leído mucho más y se tenga multitud de puntos de vista y claro que entre más mejor. Pues como dijo una amiga “daría todo lo que se, por la mitad de lo que ignoro”.

Lo anterior se hace evidente, en una de esas ironías de la vida, donde el autor trata de exponer que su visión está alejada del pensamiento racional, hace descripciones y reflexiones que están totalmente explicadas por la física cuántica. Tal vez el problema es que la visión que tenemos de la ciencia es aquella rígida e inamovible de la física newtoniana que nos enseñan en la escuela, pero la ciencia del siglo XXI, ya poco tiene de rígida. Y como ejemplo citaré un pasaje “..a partir del momento que ves el futuro, lo modificas o lo creas. Al predecir un acontecimiento, uno lo provoca” pero que mejor forma de explicar la paradoja del gato en la caja, para lo que la cuántica tiene un par de ecuaciones, sin embargo es normal y comprensible que se crea que esa frase nada tiene de racional si se queda uno con la idea de ciencia que enseñan en el aula.

Pero no es mi intención entrar en la polémica de la racional vs. lo intuitivo, solo decir que a lo largo del libro, el mismo autor da al traste con este concepto que enuncia al principio, lo cual es muy positivo, que sin proponérselo lo haga, pues al final eso le da consistencia a sus reflexiones.

Lo que más me interesó del texto es que la concepción de voluntad y de introspección en el que desbordan sus comentarios. Como ejemplo, el autor no considera al tarot como una herramienta para predecir el futuro,que haría de este algo fijo, el mismo apunta al tarot como un test proyectivo que permite ubicar las necesidades de la persona y saber donde residen sus problemas. Esta visión de los arquetipos es una coincidencia más, como muchas otras a lo largo de la lectura, que encontré con mi forma de pensar.

Explicar o resumir lo que es la psicomagia, no es la intención de este pequeño escrito, para ello se tendría que leer el libro. Sin embargo quiero resaltar, como si en una plática estuviéramos, algunos puntos que llamaron mi atención.

Habla de la alquimia, de la alquimia que transmuta las cosas, aquella de la que hablan otra filosofías como el hermetismo, una transmutación constante, que es como la vida misma. No podemos estar inmersos en esta realidad sin saber que está en continuo cambio, que nosotros mismos necesitamos estar en continuo cambio, todo está en movimiento y nada estable. Pues como después expone el orden prefecto sólo existe junto al desorden, y que otra cosa no es sino la entropia de las cosas. Pero sobre todo el concepto de tranmutación interior, en el que no se necesita que alguien te diga que hacer, sino que encuentras desde tu inconsciente la fuerza para transformar tu consciente y por tanto tu vida. Este concepto, creo medular en la lectura, es muy fuerte y completamente cierto, no se puede entender de otra forma al ser humano que como una espiral que entrelaza a esas dos partes, y la forma en la que lo hace evidente, el buscar ese equilibrio hablando el lenguaje de interior para moldear el exterior, lo pongo como lo más rescatable del fondo del libro.

Esto se vuelve evidente ante la idea de que nuestra realización no puede esperar el más allá, sino que debe llevarse a cabo en este mundo. De que somos pinceles que dibujan su propia vida, que se transforma a cada instante.

Hay tres preguntas que me parecieron básicas, que el autor comenta. “Si no eres tú ¿quién? Si no es aqui ¿donde? Si no es ahora ¿cuándo?” Que el conocerse a si mismo es conocer a la humanidad y al universo y pasar de lo singular a lo plural. Es buscar la ventana donde la nada se hace infinito y el infinito se hace nada.

La voluntad, y la libertad, dos palabras que están en nuestro vocabulario diario, pero que han perdido su significado.

Jodorowsky apunta sobre cuatro principios fundamentales, querer, osar, poder y callar. Del último cita un bello pensamiento “Soy tan fuerte que puedo tomar una mariposa por las alas sin dañarla”.

Libertad, al final, no es hacer lo que uno quiere sin límites, es saber poner nuestros propios límites.

El concepto de voluntad lo explica de forma muy interesante: Tenemos predestinaciones del pasado,sin duda, pero lo que hay que hacer es tomar conciencia de ellas y no obedecerlas. Podemos elegir cada paso siguiente en nuestra existencia. En eso consiste nuestra libertad, en no dejarse determinar por el pasado ni repetirlo. O como me gusta decir, “el pasado no se olvida, se supera”.

También explica que las cosas no se pueden justificar por un destino. Estamos marcados por la vida familiar, educacional y sociocultural. Es algo que llevamos encima desde que nacemos, pero eso no significa que tengamos que cumplir con un destino. Me pareció de suma importancia este concepto, pues una de las grandes fallas que he notado en las filosofías orientales, es el concepto de deudas kármicas, aquellas que marcan tu destino de forma indeleble e irreconciliable, que justifican incluso la aparición de castas, como en el hinduismo.

Yo tampoco puedo afirmar que la reencarnación exista o no, es una creencia que no comparto pero que tampoco puedo ni quiero desmentirlo, pero los efectos sociales y personales perniciosos de esta creencia son palpables, en esta otra coincidencia con el autor, surge el concepto más importante de la actuación del ser humano. La voluntad.

Y al final esta voluntad hace posible el cambio. Sin embargo es también un punto a resaltar el que el cambio no debe quedarse solo en lo individual, seríamos islas de perfección en medio de la imperfección, dice. Así pues, esta necesidad de influir en el mundo de lograr un cambio, y no vivir solo para ti, es importante, pues si al final, la conciencia colectiva nos hace uno, no podemos sólo dejar hacer, dejar pasar, pues estaríamos incompletos.

Esto también hecha por tierra el concepto de un futuro lineal y predicho, pues Si yo abro mi mente y acepto que hay un futuro, debo reconocer que hay infinitos futuros posibles y que voy eligiendo porque a cada momento se abre ante mi una posibilidad diferente. Construyo mi futuro con mis pasos. Una vez más ciencia pura y dura en una frase con gran sentido filosófico y metafísico.

Hay una parte en donde el autor aborda, en su entrevista, a las religiones, aquí encontré otra gran coincidencia, aunque considero con gran arraigo y gran importancia para mi los conceptos vitales y teológicos del cristianismo, también me he dado cuenta que las religiones en si, son demasiado limitantes, que al, como cita el autor, convertir a Dios en una propiedad privada y creerse depositantes de la verdad universal, limitan y destruyen a la espiritualidad.

No podría nunca ser ateo, pues la concepción de un mundo sin la mística de lo desconocido y sin esa conciencia superior a la que llamamos Dios, no es, para mi posible, no desde un punto de vista racional, mucho menos desde un punto de vista espiritual. Pero el pensar que existe sólo una interpretación válida del mismo es también suponer, para mi, demasiada presunción.

El libro tiene un gran número de reflexiones y como todo libro que contenga un concepto filosófico, cambia con respecto a nuestra percepción del momento. Por lo que relecturas selectivas se hacen necesarias. Pero en conclusión puedo decir que en definitiva lleva a una introspección, que también y eso sin proponerselo y más bien proponiéndose lo contrario, reafirma la falacia de los extremos razón – emoción peleados; pero sobre todo que puede mover fibras sensibles que van desde la emoción pritiva, la sexualidad inmersa o la pasión desbordada.

Hay otra reflexiones que dejo en el tintero, por ser demasiado personales para en este momento abrirlas a los ojos del mundo, que es internet, pero que tal vez en un futuro exponga, explicita o veladamente en este u otro espacio o las pueda platicar privadamente con algún lector de este espacio.

Recomiendo la lectura del libro si, pero es fundamental hacerlo sin una creencia absoluta o un escepticismo absoluto a lo que ahí se dice, simplemente abierto a escuchar y sacar sus propias conclusiones, vaya, como debiera leerse cualquier libro.