martes, octubre 26, 2010

The Historian

The Historian  de Elizabeth Kostova Este libro también podría ser etiquetado como "Cuando Drácula de Bram Stoker se encuentra con El código Da Vinci de Brown". Pero creo que el resultado es muy sinérgico, y es mejor que la simple suma de sus partes, mucho mejor escrito que la novela de Brown, y mucho más entretenido que el de Stoker.

Kostova se remonta a lo básico, para contar una historia de vampiros, aquellos vampiros que sin ser protagonistas activos, son personajes pasivos y siempre presentes, que no acabamos de verlos hasta el final, y aún así, sus motivos y su verdadera esencia no es revelada. Donde este personaje misterioso y seductor nos sigue a través de toda la historia sin revelarse claramente, lo que nos hace querer conocerlo, y seguir sus pasos. Este Drácula no es el amante de la película de Coppola, no es el vampiro atormentado de los libros de Anne Rice, no es el héroe juvenil de Crepúsculo, ni el personaje vicioso de True Blood.  Este es el vampiro básico, del cual no sabemos nada, pero podemos sentir todo.

En un claro homenaje a la obra de Stoker, la narración de la novela está contanda en gran medida por medio de cartas, memorandos otros escritos, y el protagonista sin nombre los explica y conecta entre sí.. Aunque casi todo el mundo en la novela es un investigador de algún tipo, el "historiador" del título es el propio Drácula, como descubriremos más adelante en la lectura. Pero en todos ellos está en una parte del Historiador, y todos forman parte de la historia.

La historia va de forma paralela en dos caminos, en uno, caminamos con la niña que descubre unas cartas que su padre guardaba de su tutor, el profesor Rossi, en las que describe su viaje en la búsqueda de la verdad acerca de Vlad Drakulya o Vlad III de Valaquia , también conocido como Vlad Țepeș (Vlad el Empalador).

El padre de la narradora, Paul, se involucra en este misterioso viaje, y su hija se entera por medio de las cartas de Rossi, y por historias contadas por su padre, así como las cartas del mismo Paul. En el sugundo hilo conductor, acompañamos a Paul en su propio camino en seguir los pasos de Drácula por Europa del Este y el Imperio Otomano. Terminamos yendo y viniendo a través de la historia, de la odisea de Pablo en busca de Rossi (1952) intercalado con la búsqueda de Drácula por Rossi (1930), hasta la peregrinación de un grupo de monjes ortodoxos (1477), y la búsqueda Paul por su hija (1972).

Uno de los puntos débiles de la novela es que Kostova, a pesar de que la creación de escenarios, ambientes y contextos históricos de una manera muy inteligente y creíble, es no en dar a los escritores de las cartas  diferentes voces. Su voz como narradora es la voz misma de su padre o de Rossi, y aun cuando vislumbramos algunos buenos intentos en tratar de diferenciar los personajes con algunas cosas como los acentos y estructura gramatical cuando estos no tiene al Inglés como lengua materna, los personajes principales siguen siendo indistinguible unos de otros.

La narración, aun cuando lenta al principio, te atrapa en el deseo de conocer los misterios que implica, a pesar de que algunos son descaradamente obvios, hay otros que nos hace pensar e incluso nos pueden sorprender un poco.

La parte más plausible es que Kostova nos introducen a un personaje que de alguna manera es desconocido, la histórica de Vlad, el tirano medieval y guerrero salvaje, y al mismo tiempo, el héroe de su pueblo y uno de los luchadores más furiosos contra la difusión del Islam en Europa.  También hace un ambiente creíble de la época de la guerra fría y las diferencias culturales entre Europa del Este y el Oeste.

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