sábado, mayo 20, 2006

Ala de Dragón


Siglos atrás, unos brujos de gran poder dividieron el mundo en cuatro reinos (cielo, piedra, fuego y mar), y a continuación desaparecieron. Con el transcurso del tiempo, la magia perdió vigor y los hechiceros sólo realizaban conjuros en sus propios reinos, olvidándose de los demás. Hoy, únicamente los pocos que han sobrevivido al Laberinto y han atravesado la Puerta de la Muerte conocen la existencia a los cuatro reinos...

Así comienza una saga de 7 libros de dos de los autores más conocidos en el mundo de Dragonlance, , Margaret Weis y Tracy Hickman. “Ala de dragón” la historia de Ariano, el reino del cielo, un mundo de islas que flotan en el aire donde humanos, elfos y enanos luchan por el control del bien más preciado: el agua.

Cierto es que, con contadas excepciones las historias de fantasía épica tiene estructuras y argumentos muy parecidos y que la citada serie de Dragonlance; una vez leidos algunos de sus libros los demás se hacen bastante predecibles.

A pesar de ello, este libro me ha dejado un buen sabor de boca. El principio es bastante lento, y tardó un poco en engancharme, pero pasada la mitad de este me lo lei de corrido hasta terminar.

Bajo el estilo argumental no encontramos nada nuevo, salvo la constante pregunta y búsqueda de los dioses y el sentido de la creación. Empero es bastante interesante la formación de estos mundos fantásticos, en esta ocasión un mundo de islas flotantes, del reino del aire, y todo lo que esto implica.

En general no hubo un personaje con el que me identificara bastante o fuera mi favorito, pero quitando los clichés clásicos, creo que están bien, a secas, trabajados.

Un buen libro, recomendable para los que gustamos del género, sin embargo tampoco se encontrará dentro de las series de culto.

miércoles, marzo 01, 2006

La historia Interminable



Algo que nunca había podido hacer es releer un libro, me refiero a releerlo completo, al ya conocer la trama, me desesperaba y lo botaba. Si bien muchas veces me remito a frases, párrafos o capítulos una y otra vez.

Esta es la primera vez que lo hago y fue La historia sin fin (Die unendliche selchichte), de Michael Ende, escritor alemán nacido en 1929 y muerto en 1995, prolífico en cuanto a fábulas de fantasía se trata.

Este libro fue mi primer libro en forma, si quitamos todos los libros ilustrados para niños que leía. Me lo regaló un tío en Diciembre de 1990. Cuando aún estaba cursando la escuela primaria (ya en el último año). Hacía poco tiempo que la película del mismo nombre se había estrenado y movido por la curiosidad de una película que puedo colocar dentro de mis primeras en orden de favoritas, devoré el libro en pocos días y así como la película, dejo un buen sabor de boca (o será de ojos) en mi.

Sin embargo me prometí que nunca dejaría que Fantasía muriera dentro de mi. Diez y seis años después, encontrándome con el día a día del trabajo, donde los ideales parecen ser tonterías para los demás y el peso del dinero lo mueve todo, donde los adultos responsables deben de tener los pies en la tierra, en este momento, tuve la necesidad de volverlo a leer, pues temía que Fantasía estuviera muriendo dentro de mi.

Llevaba ya varias semanas postergando su lectura, pues temía que al terminar de leerlo me dijera “que libro tan infantil” y que ya no me llenara como lo hizo antes, eso significaría que esa parte de mi habría muerto y ese temor me contenía a tomar las ya amarillentas páginas del libro.

Y ahora que me hacen vestir, con traje negro y corbata, y me llaman responsable, sonrío yo para dentro, pues se que no soy un adulto de esos que por las noches se sientan ante la tele para ver el big brother, pues pertenezco a otra clase, tal vez de locos o niños, cuyo mundo es diferente... Al final lo tomé y me fui adentrando en su lectura, como lo hacia de niño, vi con agrado que mi reino no es de este mundo, es del mundo de los sueños y la esperanza. El mundo de todos los días, el mundo real, pero bañado con sueños, ilusiones, esperanzas e imaginación que nos dan nuestra libertad y son lo que nos hace humanos. Lo que impiden que estemos alienados por un entorno asfixiante intelectualmente.

Sin embargo, también cargué con tristeza, pues aunque lo acabé y no lo boté a la mitad, esa alegría y esperanza que de niño me causó no fue igual. Si, he crecido, y si esa barrera está ya dañada por “la vida real” pero me resisto a perderme en la inmensidad del actuar social, donde los sueños, ideales y valores se vean corrompidos.

“Recuérdalo, pequeño, que nunca nadie ose robarte tus sueños”

El libro es bastante bueno, llevándonos a la paradoja donde el lector y el personaje se vuelven uno, dando reflexiones sobre nuestros ideales, imaginación, sueños, metas y verdaderos deseos.

Al final los dejo con este extracto del libro, que me parece increíble:

"Las pasiones humanas son un misterio, y a los niños les pasa lo mismo que a los mayores. Los que se dejan llevar por ellas no pueden explicárselas, y los que no las han vivido no pueden comprenderlas.
Hay hombres que se juegan la vida para subir a una montaña. Nadie, ni siquiera ellos, puede explicar realmente por qué.
Otros se arruinan para conquistar el corazón de una persona que no quiere saber nada de ellos. Otros se destruyen a sí mismos por no saber resistir los placeres de la mesa... o de la botella. Algunos pierden cuanto tienen para ganar en un juego de azar, o lo sacrifican todo a una idea fija que jamás podrá realizarse. Unos cuantos creen que sólo serían felices en algún lugar distinto, y recorren el mundo durante toda su vida. Y unos pocos no descansan hasta que consiguen ser poderosos. En resumen: hay tantas pasiones distintas como hombres distintos hay. La pasión de Bastián Baltasar Bux eran los libros

Quién no haya pasado nunca tardes enteras delante de un libro, con las ojeras ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidando del mundo y sin darse cuenta de que tenía hambre o se estaba quedando helado...
Quien nunca haya leído en secreto a la luz de una linterna, bajo la manta, porque Papá o Mamá o alguna otra persona solícita le ha apagado la luz con el argumento bien intencionado de que tiene que dormir, porque mañana hay que levantarse tempranito...
Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acababa y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba, por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecería vacía y sin sentido....
Quién no conozca todo eso por propia experiencia, no podrá comprender probablemente lo que Bastián hizo entonces.

Miró fijamente el título del libro y sintió frío y calor a un tiempo. Eso era, exactamente, lo que había soñado tan a menudo y lo que, desde que se había entregado a su pasión, venía deseando: ¡Una historia que no acabase nunca! ¡El libro de todos los libros!"

-MICHAEL ENDE, LA HISTORIA INTERMINABLE

Yo pude comprender a Bastian y lo sigo haciendo, espero que eso dentro de mi nunca muera.

jueves, febrero 23, 2006

There are more things



Mientras preparaba la entrada anterior y buscaba las referencias a los títulos de Lovecraft, me encontré con una grata sorpresa: Borges, si, el genial Borges, había escrito un cuento en honor a Howard Phillips. Este relato esta incluido en el libro "El libro de Arena" en cuyo prólogo confiesa: El destino que, según es fama, es inescrutable, no me dejó en paz hasta que perpetré un cuento póstumo de Lovecraft, escritor que siempre he juzgado un parodista involuntario de Poe. Acabé por ceder; el lamentable fruto se titula There Are More Things.

Borges es, a mi parecer, uno de los mejores escritores del habla hispana. Sus cuentos llenos de filosofía, reflexión y erudición, son un deleite para la lectura.

La mayoría de sus cuentos, cortos en extensión, son enormes en cuanto a contenido, si puede existir un calificativo para ellos sería que son densos, en el mejor sentido de la palabra, pues agrupan una cantidad de información impresionante en un corto espacio. Dentro de los cuentos que he leído, encuentro no sólo temas que me hacen reflexionar y ver lo que se esconde en el mensaje, sino también, el argentino, nos deja como anzuelos, una cantidad de citas, frases y referencias que invitan a aprender y aprehender lo que nos da como puertas al conocimiento. Un cuento de Borges no puede leerse una sola vez, y no sólo porque no sea de fácil lectura, sino que con cada una, encontramos algo nuevo que brilla en ese aglomerado de erudición.

Así pues, presuroso busqué y lei el relato. Mi primera impresión fue de gracia, al ver a Lovecraft parodiado por Borges, y después fue de asombro por la maestría del escritor por conservar su estilo y conjugarlo con el escritor de terror.

El esquema es básicamente, uno de los tópicos de Lovecraft ·. El protagonista recibe casa en heredad de un pariente más o menos lejano. ·. El protagonista se desplaza hasta allí. ·. En la heredad, el protagonista hace un descubrimiento horroroso

Las referencias a cosas “extrañas” que pasan en aquella vivienda, de situaciones inexplicables y citando la obra que “La abominación tiene muchas formas”, nos sumerge en el relato. La abominación encarnada por Max Preetorius, el fugaz engendro, que como el pretor, Magistrado romano que ejercía jurisdicción en Roma o en las provincias, o la guardía Petroriana de los emperadores, cuida un vitando secreto del que es juez y parte

Bajo el clásico estilo “Borgiano” Jorge Luis nos remite a los mitos de Cthulhu con esta pequeña frase “Era el monstruo de un monstruo; tenía menos de toro que de bisonte y, tendido en la tierra el cuerpo humano, parecía dormir y soñar ¿Soñar con qué o con quién?” Pues ya Lovecraft nos heredó la idea al decir que "en la arcana R´lyeh, el gran Cthulhu duerme y sueña"

Posteriormente Borges nos remite al tópico de lo “innombrable” de lo indecible e indescriptible, pero dando una reflexión filosófica sobre el tema, pues afirma que “Para ver una cosa hay que comprenderla” esta pequeña frase conlleva una reflexión que incluso abarca la concepción de la física cuántica y continua con la línea de mi anterior entrada, algo sobrecogedor, al final dejándonos ver que "There are more things in heaven and earth, Horatio, / Than are dreamt of in our philosophy". Cita de Hamlet de William Shakespeare, que inspiró el título del cuento.

Al final del cuento cuando la tensión ha subido encontramos al Borges más Lovecrafkiano que en todo el relato, cuando intenta describir lo que el protagonista veía, aunque no estaba seguro de haberlo visto, pues, y cito “Ninguna de las formas insensatas que esa noche me deparó correspondía a la figura humana o a un uso concebible. Sentí repulsión y terror

Aquí, en esta descripción de lo indescriptible, Borges hace una vez más una parodia a Lovecraft, pues en vez de usar adjetivos como ominoso, íctico o blasfemo, el escritor del Aleph, nos lleva más allá, reflejando en su erudición el adjetivo que describía mejor la escena, “vino a mi boca la palabra anfisbena, que sugería, pero que no agotaba por cierto lo que verían luego mis ojos” . Confieso que tuve que recurrir al diccionario de la RAE para saber lo que quería decir, y encontré que el significado es: "reptil del que los antiguos contaban fábulas y prodigios. No se sabe a punto fijo a cuál de los animales hoy conocidos corresponde". ¡¡Bravo maestro!!

El último párrafo es magistral conjugando una prodigiosa progresión de adjetivos en “algo ascendía por la rampa, opresivo y lento y plural”, usando el ya conocido polisíndeton de este tipo de relatos y dejando un final abierto, al puro estilo del creador de Cthulhu.

Este experimento del Maestro Borges, me dejó con un muy buen sabor de boca, mostrándome que es posible reinventar un texto desde una perspectiva única.

miércoles, febrero 22, 2006

From Beyond


Esta vez toca el turno a Howard Phillips Lovecraft. Este escritor se ha convertido en uno de los clásicos de la literatura de terror, si bien su calidad literaria está muy lejana del “Padre del terror” Edgar Alan Poe, lo que hizo que incluso Borges lo calificara como “un parodista involuntario de Poe”, la mitología y estilo de escritura de este singular autor, ha trascendido y servido de inspiración a mucho otros escritores.

A diferencia de Dick, que nos lleva al horror mental de la paranoia, del reflejo del mundo que no queremos ver, de la alienación, Lovecraft trabaja el horror material, a lo desconocido o lo que existe pero no podemos ver.

Su obra se basa, prácticamente en relatos, si bien tiene algunas novelas cortas, como El caso de Charles Dexter Ward (1928), En las montañas de la locura (1931) (de la cual espero hacer una entrada posterior, aunque sea un libro que ya hace tiempo leí) y La sombra sobre Insmouth (1936).

El relato que he leído hoy día es titulado From Beyond, publicado en 1934, en The Fantasy Fan. En el se trata el ya tópico de la literatura Lovecraftiana, donde el hombre y la ciencia dan un paso hacia lo desconocido, sólo para encontrarse con horrores innombrables y ominosos, con horrible caos que debiera estar oculto y lejos de nosotros.

Como la mayoría de sus relatos, esta contado en primera persona, donde el protagonista se encuentra con su amigo Craowford Tillinghast, un hombre de ciencia que ha traspasado los límites, y cuyo descubrimiento trae funestas consecuencias.

El relato en si no aporta nada nuevo a la mitología que rodea a Lovecraft, ni entra en su ya famoso círculo de los mitos de Cthulhu. Sin embargo hubo un párrafo que llamó mi atención y creo es digno de comentar. Lo cito en el idioma original, que es como leí el relato.

What do we know," he had said, "of the world and the universe about us? Our means of receiving impressions are absurdly few, and our notions of surrounding objects infinitely narrow. We see things only as we are constructed to see them, and can gain no idea of their absolute nature. With five feeble senses we pretend to comprehend the boundlessly complex cosmos, yet other beings with wider, stronger, or different range of senses might not only see very differently the things we see, but might see and study whole worlds of matter, energy, and life which lie close at hand yet can never be detected with the senses we have.

Puedo considerarme un hombre de ciencia, por la carrera que ejerzo, sin embargo siempre he pensado que nuestra concepción del mundo y del universo es sumamente limitada y que nuestra ciencia sólo puede explicar una parte sesgada de la realidad. Y ¿realmente podemos confiar en nuestros sentidos para explicar el mundo, o incluso para explicar nuestra relación con otros seres humanos, sólo los sentidos y nuestra racionalidad pueden darnos las respuestas?

La percepción del universo y de los microuniversos que nos rodean, de cada mente y situación con la que convivimos me parece tan raquítica que, en lo personal, siempre busco contrasentidos que me den todo posible escenario, o al menos la mayor información, empero, siempre es un tanto frustrante saber que sólo estoy viendo una parte tan pequeña y que me supera, que es donde el verdadero horror surge, en esa imposibilidad de Ser, completo. Los dejo con esa reflexión ominosa, blasfema, íctica y un tanto gibosa, que sólo los profundos y arcanos podrán vislumbrar.

domingo, febrero 19, 2006

Una mirada a la obscuridad


Phillip K. Dick es uno de los escritores de ciencia ficción más reconocidos, su obra, empero, se aleja de imperios galácticos, naves y lo que el común asocia con este género; sus novelas abordan distopias y ucronías, con un estilo paranoico de escribir y mucho más de digerir para el lector, un crítico social que nos lleva al futuro no tan lejano, que en ocasiones me pregunto si no lo habremos alcanzado o superado ya. Al escritor le importan más el factor humano, la convivencia y el día a día de una sociedad a todas luces decadente.

En esta entrada comentaré el último libro que lei de este autor. Una mirada a la obscuridad (a scanner darkly)

Es conocido que Dick experimentaba con drogas para escribir, y que hubo un momento en el que las circunstacias vitales que lo rodeaban lo llevaron a la reclusión y la adicción.

En esta novela Dick afronta esa etapa de su vida, sobría y pesimistamente. "No soy un personaje de esta novela; soy la novela en sí", dice Dick en el epílogo. Gran verdad, y el mejor resumen posible de este trabajo imperecedero.

La trama se centra en Fred un policia "anti narcóticos". La policía introduce de incógnito a sus agentes en el mundo de los pequeños narcotraficantes y, para preservar su verdadera identidad, cuando se relacionan con otros policías los viste con el llamado monotraje mezclador, que los distorsiona a los ojos de los demás. De este modo, se da una situación completamente esquizofrénica: el mismo policía que, embutido en su monotraje mezclador, sigue las evoluciones del caso y a su sospechoso, puede llegar a ser, en su doble vida, el propio objetivo que está investigando. Por otro lado, Bob Arctor, es un drogadicto de M, Muerte, una droga realmente peligrosa, que acaba destruyendo la psique de sus consumidores, que vive en una sociedad que va a pique, rodeado de "amigos" de los cuales duda a cada momento, que son simplemente compañeros circusntanciales en el mundo de la adicción. La novela narra el proceso de deterioro de Fred y el de Arctor, la constante amenaza de ser descubiertos, las dudas acerca de quién puede ser un agente infiltrado y quién un simple delator.

A lo largo de la trama irá dejando relaciones (más que amistades), posibles amores que no llegan a ser, sobre todo, su propia integridad física y mental.

El libro es una amarga confesión acerca del propio autor, su vida, sus amistades y el mundo de adictos que pasaron a engrosar la lista de difuntos o, como en el caso de su protagonista, Bob Arctor, enfermos mentales incurables.

Formalmente, la novela se abre también a la experimentación estilística, sumando a la narración habitual párrafos en alemán, idioma que Dick dominaba, gracias a su abuelo o líneas de diálogos teatrales que ayudan a potenciar los efectos alucinatorios de la narración.

Es un libro impresionante, no por la tensión o los giros sorpresivos de otras obras de Dick, ni por su claramente mensaje moral, también intrínseco en sus obras; de hecho es un tanto predecible, sino porque está escrito con toda la rabia de un Dick que, si bien siempre dio algo de sí en sus obras, aquí se superó a sí mismo y volcó todo lo que había dentro de él. El epílogo, donde el mismo autor confieza esto, y que nos trae a la realidad cotidiana, al mundo que como en un espejo estaba reflejado en la novela es lo que la hace sobrecojedora.

Como corolario, he de comentar que se está rodando una película basada en esta novela, pueden ver el trailer aqui