El señor del tiempo

Louis Cooper, escritora Inglesa, alcanzó la popularidad gracias a una trilogia suya, "El señor del tiempo", que se ha convertido en uno de los clásicos de la fantasía. La autora nos narra una historia, donde, a diferencia de los libros típicos de fantasía, si bien existen las fuerzas de la luz y la obscuridad, del orden y el caos, no se está hablando de buenos y malos, sino de fuerzas que trabajan para sus propios motivos, bajo sus propias reglas y sobre todo, para su propia conveniencia.

Donde el ideal no es el bien o el mal, el ideal es el equilibrio. De entrada este argumento me enganchó para leer la trilogía, pues, en ocasiones uno se aburre de la típica historia de la luz contra la obscuridad...

La obra se divide en tres libros: El iniciado, El proscrito y El orden y el Caos. Los títulos originales son: The initiate, The Outcast & The Master.

La historia se basa en Tarod, un joven que no conoce sus orígenes y emprende, sin quererlo una búsqueda de estos y su misión en el mundo. Vamos, el arquetipo del heroe.

Tarod reside en un fastuoso castillo, situado en la Península de la Estrella, donde habitan los Sumos Sacerdotes de Aeoris, dios del Bien, dios del Orden, y es instruido en las artes arcanas y mágicas, convirtiéndose en uno de los hechiceros de mayor rango. Es el Iniciado. Pero Yandros, personificación del Mal, trata de usarlo como canal para traer el caos al mundo.

Tarod tiene grandes poderes, e incluso es capaz detener el Péndulo que rige el ineludible fluir del Tiempo. Y el Tiempo deja de existir.

Como en toda historia de fantasía que se precie, existe también una heroina, el amor de Tarod, en este caso se trata de Cyllan, una humilde boyera dotada de poderes parapsicológicos, que será, sobre todo en el libro tres, el propósito de la existencia y vivencias del héroe.

La historia como un todo, se basa en la búsqueda de ese equilibrio entre el orden y el caos, donde Cooper logra dar gran agilidad a su pluma, logrando cautivar al lector que quiere saber el final.
Una historia diferente, pero al mismo tiempo encerrada dentro de las fronteras de fantasía, donde una escritora inteligente logra crear una obra imperecedera.